Buscar este blog

miércoles, 1 de junio de 2016

Jason y Manuelita. Una historia verdadera

Esta pequeña historia sucedió realmente durante el verano de 2016 en AYRES DE ESPAÑOL

Jason y Manuelita. Una historia verdadera.

Jason es un inglés -de casi dos metros de altura- que vive en los Estados Unidos.
Manuelita es una tortuga -de menos de 15 centímetros- que vive en Buenos Aires, en nuestro patio.
El verano pasado hizo muchísimo calor. La ciudad se convirtió en una gran piedra caliente. El patio, aunque tiene la sombra de un ficus, hervía como todo lo demás. 
Manuelita es una tortuga independiente que sabe buscarse la vida, cuando es necesario. Uno de esos días incendiados, hizo su recorrido por el patio y no encontró nada que comer. Entonces comenzó su rutina de búsqueda: entró al lavadero, cruzó la cocina, llegó al comedor y se metió debajo de la mesa.
En el comedor estaban Amanda y Jason. De un lado de la mesa estaba sentada Amanda, la profe y del otro, Jason, concentrado, practicando sus ejercicios de subjuntivo.
En la casa, además de Manuelita, viven 4 gatos. Entre los estudiantes, el más popular de todos es León, por sociable y  buena onda. Anda siempre por la mesa y el escritorio tratando de tomarse el contenido de cada vaso que encuentra y la mayoría de las veces derramando agua sobre libros, apuntes y fotocopias
El calor, esa mañana, era como los días anteriores y todos usábamos ojotas o sandalias.
Manuelita siguió su derrotero debajo de la mesa buscando qué llevarse a la boca.  Jason sintió que algo le tocaba en el pié. Lo primero que le vino a la cabeza fue León jugando con algo, pero cuando levantó la vista de sus ejercicios lo vio sobre la mesa tomando agua de un florero. Inmediatamente reaccionó con un movimiento y una exclamación mezcla de sorpresa y de susto. León y Amanda no entendían nada.
Claudia escuchó algo y los encontró riéndose a pata suelta.
-Chicos, ¿les traigo algo para tomar?
-(Se ríen tanto que no pueden contestar)
-…
-No, nada-dice Jason. Es que sentí algo frío que me tocaba el pié y… nada.
-¿Algo frío?
-Sí. Al principio pensé que era León jugando con algo, pero cuando levanté la vista y lo vi, lo primero que se me cruzó por la cabeza fue  “un snake”.
-¿Una serpiente?
-No, no. Ya sé que en Buenos Aires no hay snakes.
Jason y Amanda siguen tentados. Claudia cada vez tiene más curiosidad. No termina de entender qué pasó. Igual, se contagia la risa de ellos.
- Lo que pasa es que me asusté porque no sabía qué había debajo de la mesa- trata de explicar Jason.
-Sí, sí. Eso está claro. Pero ¿qué había?
- Ajajajaaaja, cuando Amanda mira debajo de la mesa ve…-De la risa, Jason no puede terminar la frase.
- ¿Qué ve? ¿Qué había debajo de la mesa?
-Una tortuga
-¡Manuelitaaa!
-Sí, jajaaajajaja. Nunca se me cruzó por la cabeza que pudiera haber una tortuga debajo de la mesa.
-Ajajajaaaja -pero sí se te cruzó que podía haber una serpiente, ajajaaaaaja.
Y desde sus 2 metros de altura, Jason trata de explicar que él “realmente” no le tiene miedo a una tortuga, que por favor no fuéramos a pensar eso…pero así, sin verla, sentir que algo le camina por el pie…Y por supuesto, nos seguimos riendo con él.


Vocabulario
buscarse la vida: mantenerse. Resolver los problemas de subsistencia independientemente.
Seguir su derrotero: seguir su camino
Reírse a pata suelta: reírse a carcajadas, sin poder parar.
Estar tentado: reírse mucho y no poder parar aunque uno quiera.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario